lunes, 22 de mayo de 2017

Ya un mes sin Tomás

Es sencillo encontrar las palabras cuando se trata de entradas alegres para el blog, cuando haces el resumen de una fiesta o eventos y diversiones. Es sencillo escribir cuando lo único que lamentas es no poder hacerlo desde el pueblo, sino a muchos kilómetros de distancia. Pero ahora no encuentro las palabras necesarias para describir cuánto te extraño, cuánto te echamos de menos y cuánto te hemos querido y seguiremos queriendo. No encuentro las palabras necesarias para expresar todo el agradecimiento, admiración y cariño que siento por ti, abuelo. He tenido la suerte de haber disfrutado de ti, de haber escuchado tus historias una y otra vez, de haber gozado de tu compañía y alegría todos estos años. 
Ojalá fabricaran abuelos eternos, abuelos para escuchar al calor de la gloria en las tardes de invierno, para charlar a la fresca en las noches de verano, para merendar un día sí y al otro también, para pedir consejo, para ayudar a andar si una pierna no obedece, para reír juntos, para fabricar infancias bonitas como la mía contigo, porque está llena mi memoria de recuerdos a tu lado. 
Regar en el palomar, echar de comer a las palomas en el patio y dejar esa llave que me parecía tan grande bajo la teja del muro; ir al majuelo y cuidar de las parras como si tuviesen alma; atrapar palomas con la jaula en el corral de las gallinas o coger los huevos; bajar hasta el reguero de tu Gordoncillo, hablar de esos chopos que tenías, plantar semilleros, poner la huerta y regar; afilar la guadaña y segar hasta con la goma del oxigeno puesta. Cortar y comer jamón, el bote naranja de la alacena con los chocolates... Mil y un recuerdos y muchas más anécdotas en 91 años de un hombre honrado, de pueblo, trabajador, luchador y bueno. Buen padre, buen esposo y buen abuelo. 
Hay un proverbio chino que dice que dos de las experiencias más enriquecedoras en esta vida son ser nieto y ser abuelo. No sé si la segunda será cierta, pero la primera no puede ser más verdadera. Me siento muy orgulloso de haberte tenido como ejemplo a seguir y de saber que te seguiré teniendo siempre como guía y apoyo. Te quiero abuelo, te queremos y echamos de menos. Descansa en paz y espéranos muchos años en el cielo.

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